martes, 12 de abril de 2011

FÚTBOL Y TECNOLOGÍA, EL ETERNO DEBATE

Cada poco tiempo se reabre el debate sobre la utilización de ayudas tecnológicas para colaborar con el arbitraje en el fútbol, con la renuencia absoluta de UEFA, FIFA y demás organizaciones al mando. En el último Mundial se volvió a poner "de moda" cuando, en un mismo día, se juntaron dos graves fallos que una mínima consulta del árbitro a un monitor de televisión hubiera resuelto, el gol del inglés Lampard a Alemania que el árbitro no concedió pese a botar medio metro dentro de la portería y el gol concedido al argentino Tévez frente a México en una más que evidente posición de fuera de juego. Fueron dos jugadas tan claras que los árbitros debieron verlas correctamente en directo, sin necesidad de ayudas técnicas, pero no fue así, y no es justo que Inglaterra y México tuvieran que cargar el resto del partido con el peso de sendos errores que les complicó la disputa correcta de algo tan importante como unos octavos de final de un Mundial.

A partir de estas jugadas, Blatter terció en el debate de la tecnología en el fútbol prometiendo lo que haría cualquier ¿buen? político (al fin y al cabo su puesto tiene mucho componente político) cuando no quiere afrontar una situación directamente, organizar reuniones para empezar a debatir sobre la posibilidad de introducir alguna ayuda tecnológica a los arbitrajes, se quitó el debate de encima, lo retrasó en el tiempo, pero es obvio que el interés de los estamentos internacionales en resolver estos asuntos es escaso, casi nulo.

No logro imaginar los motivos reales de ese poco interés en que los avances tecnologicos, que se aplican con éxito en todos los ámbitos de la vida, lleguen al planeta fútbol. La conspiranoia más elemental diría que mientras los errores arbitrales existan será más fácil para los que mandan en el fútbol influir en los resultados, yo no quiero creer en esta explicación... si bien no encuentro otra.

Hace pocos meses volvió a explotar el debate en España a raiz del gol fantasma de Luis Fabiano en el Sevilla - Real Madrid de Copa del Rey, jugada en la que, curiosamente, encontraron argumentos tanto los defensores como los detractores de la inclusión de apoyo tecnológico al arbitraje. Los defensores, porque la única forma de dirimir una jugada así es viéndola por televisión; los detractores porque lo único que está claro después de ver la jugada por televisión cientos de veces es que no hay forma de saber con seguridad si el balón entró o no. Ambos bandos tenían razón en este caso.

Yo me posiciono a favor de la utilización de tecnología en el fútbol, con un uso que podría tomar nota de las experiencias de otros deportes y que habría que ir sometiendo a pruebas para matizar según los pros y contras que se vaya encontrando en su desarrollo. Incluso me atrevo a desarrollar una propuesta que a simple vista puede parecer compleja, pero que no tendría por qué serlo en la práctica, al principio costaría acostumbrarse, pero luego puede conseguir que el fútbol sea un poquito más justo sin necesidad de quitarle ritmo al partido ni romper de ninguna manera la esencia de este juego.

Mi propuesta consiste en la creación de un trío arbitral "por televisión" que seguiría cada partido reunidos en algún punto fuera del estadio (se me ocurre, por ejemplo, en la sede del Comité Nacional de Árbitros para los partidos de Liga o en la sede de la UEFA para los partidos de competiciones europeas). Dicho trío arbitral alternativo solo entraría a juzgar en caso de que alguno de los equipos que disputan el encuentro lo solicitara. Cada equipo, como sucede por ejemplo con el "ojo de halcón" en el tenis, tendría un número limitado de peticiones de revisión televisiva de lo pitado por el árbitro "de campo" (más de tres por partido para cada equipo podría frenar demasiado el ritmo), además, esta revisión deberá solicitarse dentro de un tiempo prudencial después de ocurrir la jugada (por ejemplo, no podrá pararse el juego para revisar una jugada más allá de 15 o 30 segundos después de que suceda, para evitar que sucedan muchas cosas entre la jugada polémica y la consulta al video).
La idea de que sean tres árbitros se fundamenta en que muchas jugadas, tras ser vistas por televisión, siguen dejando dudas, entonces entre tres árbitros podría tomarse una solución por mayoría. El hecho de que estuvieran fuera del estadio evitaría que pudieran verse presionados por los aficionados o incluso ser víctimas de la ira de de los mismos. Además, abarataría costes, no tendrían que desplazarse al lugar del partido y el mismo trío podría ocuparse de varios partidos sucesivos (por ejemplo, un domingo de Liga, podrían cubrir un partido a las 17h, otro a las 19h y otro a las 21h.
También sería importante limitar el tiempo de respuesta de este trío arbitral, para no tener los partidos detenidos demasiado tiempo. Esa puede ser una de las más importantes objeciones a este sistema, los parones en el juego, pero posiblemente no sean mayores que los que provoca la lesión de un jugador o un cambio. Otra objeción puede ser la respuesta del público, es seguro que el clima será tenso durante el parón mientras deliberan los árbitros, pero también es tenso cuando se produce una jugada polémica y, además, saber que alguien ha tenido tiempo para juzgar con detenimiento y medios apropiados una jugada seguramente calmará los ánimos y hará más creíble la decisión que se tome. Otro contra es que el árbitro de campo pierde cierta autoridad, ya que en muchos casos se le enmendaría la plana con la decisión final, pero es algo que los árbitros deben admitir en aras de un fútbol más justo, además, la imagen actual tampoco es especialmente buena, y la posibilidad de corregir errores que son comunes al género humano les haría ser, como colectivo, mejor valorado.
A mi modo de ver, y teniendo en cuenta las correcciones que puedan irse introduciendo con la práctica, podría ser un buen sistema, al menos digno de ser puesto en práctica. La acumulación de árbitros, como ha puesto en marcha la UEFA con los jueces de área, no está solucionando nada, y la tecnología puede ayudar a lo que se supone que todos deseamos: que cada vez los errores humanos de los árbitros influyan menos en el desarrollo de los partidos.
Caso aparte son los goles fantasma, donde resulta especialmente sangrante que no se aplique una solución "televisiva" dada la extrema sencillez de ésta. Más allá de los llamados "balones inteligentes" con chips que detecten si se encuentra o no completamente dentro del arco (y cuyos test parece que no han sido satisfactorios al 100%), hay una posibilidad que se aplicó a las retransmisiones del Mundial y también en algún partido de la Champions League, algo tan sencillo y obvio que con una simple mirada del árbitro a un monitor de televisión resolvería las dudas de este tipo de jugadas casi en el 100% de los casos. Se trata tan solo de colocar una cámara de televisión alineando perfectamente los dos postes y la línea de gol, de forma que no exista un ángulo diferente que tergiverse la imagen. Así, en el centro de la imagen quedaría la línea de gol como una línea completamente recta, de forma que en la imagen el balón traspasa completamente esa línea habrá sido gol sin posibilidad de error. En el ejemplo del gol fantasma de Luis Fabiano del Sevilla - Real Madrid las imágenes de televisión no eran determinantes porque en ninguna toma aparecía la línea de gol como una recta, siempre existía un ángulo diferente que dificultaba la perspectiva.
Soluciones como éstas u otras, que probablemente expertos en tecnología, en televisión o de cualquier otro tipo podrían plantear, mejorarían sin duda el fútbol, sobre todo lo harían más justo. En cualquier otro ámbito social este tipo de reformas se admitirían sin dudar, que en el fútbol no se haga le hacen aparecer como sospechoso de conspiraciones y manipulaciones. El debate debe afrontarse definitivamente, con limpieza y con seriedad, no solo para retrasar las modificaciones y calmar la conciencia tras errores garrafales. El fútbol, a lo largo de los años, ha sido capaz de ir asumiendo grandes modificaciones sin perder su esencia y, aunque al principio nos costara, este sería un paso más que no resentiría el alma y la emoción de este deporte, a cambio, le haría más justo.

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